
Hoy elegí dejar de sufrir y fue mi mejor decisión
Me di cuenta que el tiempo pasa y que lo único que me detiene de ser feliz soy yo, que quien me lastimó ni se acuerda de lo que me hizo y que yo no tengo por qué vivir estancada en el pasado

Hoy elegí dejar de sufrir y fue mi mejor decisión. | Pexels
Hoy elegí dejar de sufrir y fue mi mejor decisión, por fin entendí que la única que me detenía de ser feliz era yo y que no lograba nada viviendo estancada en el pasado.
Muchas veces me dijeron que no debía preocuparme por las cosas que no podía cambiar y por las que no fueron mi culpa, pero hoy por fin pude soltar aquello que con tanto trabajo cargué, aquello que me robó las ganas de disfrutar lo bueno y que me privó de reconocer que esas circunstancias no me definen, que no me hacen menos grandiosa y que para nada me hacen menos.
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Sí, quizá también te pasó. Viviste algo muy feo y los involucrados estaban como sin nada mientras tú repasabas en tu cabeza una y otra vez lo que te hicieron sentir, lo que dijeron, la forma en que actuaron. Era como ver la misma película una y otra vez, romperte más el corazón hasta llegar a sentir que no podías más.
Pues basta. Muchas veces traté de seguir, de recuperarme, de sanar. Cuando vives con heridas como esas por tanto tiempo no es nada fácil y nunca falta los que quieren persuadirte, los que te dicen que la vida es así, que no tiene caso tratar de ser diferente, hasta aparecen los que te dicen que debes vengarte o cobrártela de alguna forma, pero ¿cómo podrías sanar el dolor con más dolor?

No, yo elijo algo diferente, elijo dar pasos chiquitos pero firmes, elijo enfocarme en el futuro son ver atrás, elijo que puedo llegar lejos y que ya no tengo que cargar con todo eso, elijo cerrar la puerta al pasado y enfocarme en el presente para crear un futuro brillante.
Si yo puedo tú también puedes, ¿aceptarías ser feliz?
Sé que el perdonarnos a nosotras mismas y el soltar no es algo fácil, que habrá muchos intentos antes de lograrlo, pero te invito a que lo pruebes porque cuando lo logras nada vuelve a ser igual, te sientes más libre, más fuerte, más tú.
No compares tu camino con el de otros porque ninguno es igual, a unos nos lleva más tiempo, a otros menos y está bien, lo que cuenta es hacerlo, lo que cuenta es dominar esos miedos y tomar el control de nuestra vida para ser la gran persona que estamos destinadas a ser.
No importa lo que viviste, no importa lo que te hicieron, no importa lo que otros dijeron, se trata de ti, de ponerte en primer lugar, de sanar, de cuidarte, de amarte y de volver a brillar con tal fuerza que nunca te vuelvas a apagar.
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